lunes, 6 de mayo de 2013


Nuestra amiga Susana nos hace recordar que el sitio en que vivimos lo compartimos con otras especies, árboles, plantas y el ser humano fuimos creados para vivir en armonía, aunque muchas veces el ser humano se cree superior y el que domina, pero que importante es volver a los principios ancestrales donde árboles y animales eran considerados "sagrados".
Les invitamos a reflexionar sobre el siguiente artículo. 


El cielo perdió un par de alas

Susana Freire García*



Cóndor Hembra


Generalmente suelo escribir para este blog, sobre cuestiones históricas vinculadas con Quito, ya que esa es mi especialidad como investigadora, mas esta vez quiero escribir como un ser humano, a la que le ha dolido e indignado profundamente, la reciente muerte del cóndor hembra, en la provincia del Azuay (zona de Gualay), a manos de una persona que ya ha sido identificada, y que sin mayor pudor confiesa que lo hizo por encargo. No es mi tarea emitir juicios morales, aunque si defiendo el hecho que estos actos deben ser sancionados con todo el peso de la ley. También me ha molestado la actitud de quienes posan junto al cadáver del animal, en aquella fotografía que circula por las redes sociales. Se exhiben junto al mismo como si se tratase de un trofeo. Con orondas sonrisas no muestran un mínimo de sensibilidad ante lo sucedido. ¿Es que acaso solo la vida de los seres humanos merece respeto, y no la de un animal? Ellos afirman que nada tienen que ver con el hecho, y que solo se tomaron una foto. Serán las autoridades las que determinen la veracidad de lo afirmado por estas personas.
En nuestro país el maltrato y matanza en contra de los animales, es cosa de todos los días, y aún cuando existen leyes que protegen sus derechos, en la práctica éstas no se cumplen, ya que de por medio están presentes una serie de elementos, que van desde la falta de conocimiento del mundo animal, hasta el tráfico de especies protegidas o en peligro de extinción. En lo personal no encuentro justificación alguna para estos hechos. Creo que la falsa idea de creernos superiores al resto de especies, es lo que da por resultado estos execrables comportamientos. La verdad es que no somos superiores a los animales, simplemente somos diferentes. El ADN de una mosca es casi similar al de un humano, así que no somos tan especiales como imaginamos. Científicamente está comprobado que los animales tienen inteligencia, y que son capaces de experimentar sentimientos como la alegría, la tristeza o el dolor. Solo por un momento detengámonos a pensar, como habrá sufrido aquel cóndor hembra al momento de ser asesinada con saña. Si esa es la manera en que hacemos uso de aquella racionalidad que nos distingue de los animales, habrá que replantearse el uso que le estamos dando, ya que estos últimos solo matan por cuestiones de sobrevivencia, en cambio y entre los llamados seres racionales, hay quienes lo hacen con alevosía y conocimiento de causa, no solo en contra de un animal, sino de sus similares.
En algunas ocasiones he hallado más ternura y solidaridad en la mirada de un animal, que en la de un ser humano, y en esos días en que el desánimo quiere hacer de las suyas, me regocijo al recibir el tierno saludo de mis dos perritos, a los que no les considero mis mascotas, sino mis amigos. De ahí que este artículo está dedicado a ellos, y a todos esos inocentes animales que sufren maltratos y que son asesinados impunemente. 

*susanafg22@yahoo.com

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