jueves, 9 de mayo de 2013


Nuestra amiga Susana Freire García nos lleva a descubrir como nació el movimiento obrero ecuatoriano, en el siguiente artículo.


La Sociedad Artística e Industrial de Pichincha
Susana Freire García*

Manuel Chiriboga Alvear 



En días pasados se celebró el Día del Trabajo en nuestra ciudad, con algunas marchas en las que como es costumbre, los obreros son sus mayores protagonistas. Esta importante fecha, tiene como fundamento a una serie de reivindicaciones sociales, que hoy como ayer siguen siendo trascendentales al momento de fortalecer el rol que desempeñan los trabajadores como actores del progreso nacional. De ahí que no es posible hablar de esta fecha en particular, sin mencionar necesariamente a una de las organizaciones pioneras en cuanto a la unión y defensa de los intereses gremiales como lo fue la Sociedad Artística e Industrial de Pichincha, más conocida como SAIP.

Nacimiento de la SAIP

La Sociedad Artística e Industrial de Pichincha fue fundada en el año de 1892 en Quito, por la iniciativa de dos maestros hojalateros, un sombrerero y un zapatero, para así convertirla en la primera federación de organizaciones gremiales quiteñas, y en general de la Sierra ecuatoriana. El 11 de febrero de 1892 se realizó la Asamblea de Instalación, con la participación de más de doscientos artesanos, quienes eligieron como primer presidente de la SAIP, al sastre José Váscones. Dentro de la organización estaban agrupados los gremios de arte musical, pintura, escultura, sastrería, platería, carpintería, zapatería, hojalatería, herrería y mecánica, talabartería, sombrerería y peluquería. 
Deseosos de difundir su accionar no solo en Quito sino en otras ciudades del país, los miembros de la SAIP fundaron el periódico El Artesano, en el cual se informaba sobre las actividades de los diversos gremios, a más de otras actividades propias de la organización. Para 1895 fue nombrado presidente de la SAIP, el zapatero Serafín Flor. Con el triunfo de la Revolución Liberal en ese mismo año, el presidente Flor buscó un acercamiento con el nuevo régimen, mas varios de los socios protestaron ante este hecho, pues eran contrarios a Eloy Alfaro. Estos conflictos internos se agudizaron en 1896, dando como resultado la clausura de la SAIP, tal como lo relata el maestro Manuel Chiriboga Alvear en su libro Resumen histórico de la Sociedad Artística e Industrial de Pichincha (Imprenta y Encuadernación Nacionales, Quito 1917).
Reinstalación de la SAIP y Primer Congreso Obrero
En 1904 la SAIP fue reinstalada y tuvo como presidente al sastre Manuel Dávila. Los obreros agremiados fueron firmes al momento de oponerse a cualquier manipulación demagógica por  parte de los gobiernos liberales, ya que sus intereses iban más allá del plano político para situarse en lo social. Llevados por esa mística, los miembros de la organización convocaron al Primer Congreso Obrero Nacional celebrado en Quito, a propósito del Centenario del 10 de agosto de 1809.  El 10 de agosto de 1909, cientos de obreros marcharon por las calles del centro de la capital, exclamando salvas en honor a Sucre y a los héroes anónimos de esta gesta libertaria, en especial a los artesanos que fallecieron en ese día glorioso para la emancipación y la libertad. Luego de ello, obreros de todas partes del país, se reunieron para discutir y exigir el cumplimiento de varias aspiraciones sociales, entre ellas el mejoramiento social y moral de la clase obrera, la promulgación de leyes relacionadas con la indemnización por accidentes de trabajo, reglamentación de los salarios y jornada laboral, establecimiento de casas de retiro para los obreros inválidos, casas de artes y oficios para niños huérfanos e indigentes, protección a la industria nacional, establecimiento de sindicatos profesionales, entre otras. Y si bien varias de las aspiraciones de los obreros no se concretaron en ese momento, la SAIP y el Primer Congreso Obrero, merecen un sitial de honor en la historia del movimiento obrero ecuatoriano.

*susanafg22@yahoo.com

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