jueves, 23 de mayo de 2013


Compartimos un artículo hecho por nuestra amiga Susana sobre los Héroes Ignotos, como víspera a la celebración de la Batalla del 24 de mayo.


Los Héroes Ignotos
*Susana Freire García


Monumento a los Héroes Ignotos (Quito1922)

A pocos días de conmemorarse un año más de la Batalla de Pichincha de 1822 y la expulsión de los invasores españoles de nuestras tierras, es necesario reflexionar acerca de su trascendencia histórica y social, sin que medie ninguna clase de “patrioterismo” o manipulación política. Ya en su momento nuestro célebre escritor quiteño Raúl Andrade (1905-1981) en su ensayo titulado “El culto a los héroes” publicado en marzo de 1944, señaló lo siguiente: “decididamente los ecuatorianos nos alimentamos de cadaverina histórica. Y no podemos caminar tranquila, serena, plácidamente por los caminos de nuestra época, si no es acompañados por ese olorcillo acre y dulzón que se desprende de los cementerios. Tenemos un culto morboso por la muerte y sus despojos, más o menos ilustres. Nos hace falta la reminiscencia de algún célebre destripado, para podernos ubicar en el terreno movedizo de la vida presente”. Al referirse a la “cadaverina histórica”, Andrade no aducía al hecho de desconocer el legado y valía de nuestros próceres, sino que cuestionaba ese afán de recordarlos a través de rimbombantes discursos, patrioteros desfiles u ofrendas florales a los pies de un monumento. Estaba en contra de esa petrificación consciente que se hace alrededor de la historia y de sus actores visibles,  con el único objeto de vivir de glorias pasadas y no enfrentar la realidad. 
La realidad en cambio nos invita a pensar en nuestros héroes ignotos, que hoy como ayer siguen siendo invisibilizados. Y si bien no necesitan de un monumento que los “petrifique”, existe en Quito una bella escultura que también suele pasar desapercibida, frente a otras más famosas o conocidas dentro del espacio público, y que guarda relación con ellos. Esta pieza escultórica que lleva por nombre “Monumento a los Héroes Ignotos”  fue develada el 25 de mayo de 1922, a propósito del Centenario de la Batalla de Pichincha. Su diseño corresponde a Francisco Durini Cáceres, quien lo creó en memoria de los héroes desconocidos. En la parte superior se puede observar a un cóndor  que defiende el escudo nacional del Ecuador, el mismo que es sostenido por una pilastra, cuya base fue elaborada con piedra azul proveniente de las canteras del Pichincha. Esta pieza escultórica permanece hasta la actualidad en la avenida 24 de mayo (que también fue inaugurada en 1922 por el Centenario), como un recordatorio que sobrepasa al monumento físico, para situarse en el plano de la memoria colectiva. Si nos detenemos a pensar en todos aquellos héroes desconocidos que participaron en las diversas gestas libertarias, si reflexionamos sobre el rol que en su momento desempeñaron los vecinos de Quito para alcanzar la libertad, en esos artesanos que laboriosamente ejercieron la resistencia en sus talleres, en las mujeres que venciendo los prejuicios sociales apoyaron la causa pública, llegaremos a la conclusión de que la historia no puede limitarse a la repetición constante de unos pocos nombres, ni menos aún ser utilizada para fines mediáticos. La historia como la vida de los seres humanos, está llena de luces y de sombras, y es ahí donde reside su belleza, ya que cuando se la entiende y asume de modo desprejuiciado, nos brinda las herramientas necesarias para valorar a los héroes cotidianos, a los que día a día trabajan con mística y entrega. Ahí están por ejemplo aquellas madres jefas de hogar que sacan adelante a sus hijos, o esos maestros rurales que educan a sus alumnos en condiciones deficientes. Ahí están los que se esfuerzan por dar un techo y un pan a los más humildes o desprotegidos, o los que a pesar de las limitaciones físicas o económicas no se rinden y siguen adelante. Esos son los héroes que no aparecen en los discursos rimbombantes, mas son los que merecen nuestro respeto y admiración. 
susanafg22@yahoo.com

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