Maestro Carlos T. García brindando un discurso a los niños
El Día del Maestro
Primera Parte
Susana Freire García*
Tres mil árboles son plantados
El 13 de abril de 1920 se vive un ambiente de fiesta en Quito. Por decisión unánime de los miembros de la Liga Nacional de Preceptores de Pichincha, se ha escogido esta fecha para celebrar a los maestros de la ciudad, y al mismo tiempo la Fiesta del Árbol. Cientos de niños de las escuelas fiscales y municipales de la ciudad, se reúnen en el parque de La Alameda para ser parte de un desfile cívico. Llevan en sus manos unos pequeños arbustos que más tarde serán plantados. La comitiva recorre las calles Chile, Guayaquil y Av. 24 de Mayo, hasta llegar a la Escuela de Artes y Oficios. En medio de la algarabía infantil, el presidente de la Sociedad Pedagógica de Pichincha maestro Carlos T. García, da un sentido discurso a los menores, para pedirles que siempre sean respetuosos con la naturaleza que les rodea:
En este memorable día en que los maestros hemos querido abrir un breve paréntesis en nuestras pesadas faenas escolares, quisimos hacer algo que perdure y que sirva de saludable enseñanza, y elegimos la celebración de la Fiesta del Árbol como uno de los principales números de nuestros honestos regocijos. Es la Fiesta del Árbol, una institución que ha venido a constituirse en todos los pueblos el más adecuado medio de cultura y desenvolvimiento pedagógico y forestal, cuanto tiene por principal objeto inculcar en el tierno corazón infantil los delicados sentimientos de amor al vegetal, que simboliza de modo harto expresivo y elocuente, el progreso y la regeneración de los países civilizados (…) La escuela primaria de nuestros días se distingue por la universalidad de conocimientos que proporciona y por el carácter eminentemente práctico que da a todas sus enseñanzas (…) La escuela es el patio, el jardín, ese campo abierto donde hoy, alborozados, hemos venido a plantar los árboles y donde el niño observa, trabaja, experimenta y así desenvuelve su mente, ejercita sus órganos, expande su espíritu y se dispone a ser, cuando mayor, un hombre sano, fuerte, laborioso, inteligente y honrado (…) Queridos niños: desde hoy tendréis también vosotros un ser a quien dedicar vuestros cuidados. Tendréis cada uno el árbol que vais a plantar y cuya crianza se os encomienda. Aplicaos a cultivarla del mejor modo posible, para que un día, cuando ya mayores, podáis venir a reposar bajo su sombra, recordando las ilusiones de este día tan grato para todos
Luego desciende hasta el jardín y junto a los niños cava la tierra y siembra los arbustos. Ese día tres mil árboles son plantados, para alegría de docentes y alumnos. Para finalizar esta jornada poética, los alumnos reciben fruta y varios obsequios, mientras los maestros se preparan para seguir con los festejos….
Continuará
*susanafg22@yahoo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario