viernes, 19 de abril de 2013


Susana nos sorprende nuevamente, en esta ocasión nos habla sobre la difícil tarea de maestro y como se abrió paso en una sociedad muy conservadora. 


Maestro Luis Ulpiano de la Torre



La lucha inicial de los primeros maestros laicos
Parte I
Susana Freire García*

A través de esta serie de dos partes, se busca ilustrar a nuestros lectores sobre la lucha inicial de los primeros maestros laicos para ejercer su profesión, dentro de un contexto político, económico y social lleno de dificultades y limitaciones.

La fundación de los Normales en Quito
El 14 de febrero de 1901, el General Eloy Alfaro y sus colaboradores más cercanos, pudieron materializar uno de los más importantes puntales, del programa implementado por la Revolución Liberal: la fundación de los Normales de Señoritas y Varones (que más tarde adoptarían los nombres de Manuela Cañizares y Juan Montalvo respectivamente), para que en ellos se formaran los futuros maestros laicos del país. Tal suceso despertó críticas y una férrea oposición de parte de un determinado sector de la sociedad quiteña, que temía perder la hegemonía que por años habían liderado en la sociedad civil. El antagonismo propio de la época y la falta de consensos, impidió un debate equilibrado alrededor de tan importante avance en materia de educación. A esto se sumó la manipulación de la que fue objeto la mayoría de la población, para que se creyera que la educación laica estaba en contra de Dios y los preceptos católicos. Tales prejuicios no querían dar paso a la verdad, ya que al contrario de lo que pregonaban algunos representantes de la Iglesia Católica y del Partido Conservador, el laicismo por un principio humanístico respeta todos los credos y libertades constitucionales, y no hace ningún tipo de discriminación en virtud de la religión, sexo o edad.
En medio de este difícil panorama, los Normales empezaron sus funciones. Al principio muy pocos fueron los jóvenes que se animaron a desafiar los convencionalismos sociales, para formarse como maestros laicos. Era común escuchar en las calles de Quito insultos de toda índole en contra de los profesores y alumnos de los Normales, quienes no pasaban de ser “masones, espiritistas, garroteros o espías de Alfaro”. A esto se sumaron las limitaciones económicas y la falta de personal. Sin embargo y pese a todos los obstáculos, el alumnado fue en aumento en ambos Normales, y para 1904 eran 42 alumnos los que se formaban para maestros laicos en el Juan Montalvo, de la mano de reconocidos docentes como el colombiano Manuel de Jesús Andrade, Pablo J. Gutiérrez, Roberto Andrade, Salvador Arce, Reinaldo Suárez, por citar algunos. La mística y entrega de estos docentes dio como resultado que en el año de 1905 se graduasen los primeros 5 maestros normalistas del país: Luis Ulpiano de la Torre, Dositeo Gálvez, Lauro Dávila, Leonardo Ruiz y Julio C Burbano, en el caso del Normal Juan Montalvo; y siete maestras normalistas entre las que se pueden nombrar a Mercedes Noboa y María Viteri, en el caso del Manuela Cañizares. 
Este hecho azuzó aún más la oposición en contra de los Normales, teniendo entre sus apasionados detractores al Arzobispo de Quito Federico González Suárez, quien se dedicó a la tarea de escribir varias Cartas Pastorales en contra de lo que él denominó “la escuela sin Dios”.

Continuará
*susanafg22@yahoo.com

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