jueves, 1 de noviembre de 2012

Seguimos con nuestra serie de escritos "Estamos Bajo Techo"

Antonio Ordónez acutando en el "Cafe 77"

Estamos bajo techo
Parte III
                                                                          Susana Freire García

El año 1963 estaba por finalizar. Los jóvenes poetas llamados tzántzicos (reducidores de cabezas) que habían hecho su aparición en la vida cultural quiteña hace un año, realizaban esa mañana su recorrido normal hacia la Facultad de Filosofía de la Universidad Central, de la que eran alumnos (cuando la misma funcionaba en la calle Chile, hoy sede de la Fundación Municipal San José). Les llamó la atención la apertura de una nueva cafetería que llevaba un sugestivo nombre “Café 77” (número capicúa que puede ser leído igualmente de izquierda a derecha y viceversa).  A la salida de clase, se refugiaron en la misma. Su dueño el señor Fausto Arellano, les recibió amablemente, pues intuyó la inclinación artística de los visitantes. Los poetas Ulises Estrella, Antonio Ordoñez, Marco Muñoz, Alfonso Murriagui, Simón Corral y Raúl Arias, lo tomaron como su espacio, ya que por fin contaban con un sitio para dialogar sobre poesía sin reservas. Animado por su creatividad, el señor Arellano les invitó a convertir este espacio en un café cultural. La propuesta no pudo ser mejor recibida. El café estaba ubicado en la misma casa, que en otro tiempo perteneciera a Marietta de Veintemilla. Los contertulios nuevamente podían “estar bajo techo”, tomando en cuenta que el país era gobernado por una Dictadura Militar, y la Casa de la Cultura  se hallaba bajo la égida oficialista.
Los tzántzicos iniciaron sus actividades en el Café 77, el 5 de diciembre de 1963, justamente para protestar en contra de las fiestas de la ciudad y “la serenata quiteña”. A fin de brindar una opción cultural distinta, Antonio Ordóñez presentó el monólogo Réquiem por la lluvia, de autoría del dramaturgo guayaquileño José Martínez Queirolo. Este fue el inicio de una serie de actividades, tertulias, coloquios de arte, lanzamientos de libros (en el café se vendían las revistas Pucuna, La Bufanda del Sol e Indoamérica producidas por los tzántzicos) y exposiciones artísticas, que cada vez contaban con mayor respaldo de los intelectuales que estaban en contra de la dictadura. El Café 77 se convirtió en “la Casa de la Cultura Alterna”. Artistas y creadores de la talla de Agustín Cueva, Oswaldo Guayasamín, Hugo Cifuentes, Oswaldo Viteri, Gilberto Almeida, Víctor Murriagui, Claudio Aizaga, Moisés Montalvo, entre otros, fueron parte de intensos debates y tertulias en donde la libertad de expresión jugó un papel preponderante. Tanta fue la notoriedad cultural que alcanzo el Café 77 que la revista O Cruzeiro de Brasil publicó un extenso reportaje sobre el mismo. Por su parte la famosa editorial mexicana Fondo de Cultura Económica escogió al Café 77 para realizar una exposición de afiches y pinturas sobre antropología cultural, en septiembre de 1964. Más como era previsible, las tertulias y debates culturales fueron considerados por la Dictadura Militar como una amenaza, de ahí que por orden del Intendente General de Policía se ordenó la clausura del Café 77 en febrero de 1965. Lejos de someterse al poder, los tzántzicos acompañados de otros intelectuales quiteños organizaron una marcha de protesta por el centro de la ciudad, que terminó en la oficina del Intendente de Policía ubicada en la calle Mideros, para exigir la reapertura del café. Este movimiento tuvo respaldo en otras ciudades del país, y semanas después el Café 77 fue reabierto. Su actividad cultural se extendió hasta el año de 1970, dejando en Quito un legado creador y humanístico que no puede ser olvidado. Como bien lo afirma el poeta Ulises Estrella en su reciente libro La Casa de las tertulias (Quito, CCE, enero 2012), “la Casa de las Tertulias de Marietta a los tzántzicos, es una memoria incandescente y objetiva, que apunta a reelaborar y asumir seriamente lo pasado, para entender el presente”.

1 comentario:

Erick Serrano dijo...

Muy buena información, una pregunta de dónde se sacaron éstas fotografías? existe la posibilidad de utilizarlas en una investigación?

Gracias.