martes, 7 de enero de 2014

Para entender la historia de un pueblo, se debe analizar e investigar todo, agradecemos a Susana por este artículo que nos ayuda a mirar a uno de los protagonistas de Quito.

Facsimilar Diario El Comercio Quito enero 1 de 1906





El Comercio “Diario de la mañana”
Susana Freire García*

La historia de la ciudad, puede entenderse desde varias ópticas, y una de ellas es a través de los diversos medios de prensa escritos, que han circulado en Quito desde hace algunos siglos. Al respecto el libro La Prensa en el Ecuador del escritor Isaac J. Barrera, es sin duda uno de los mejores referentes al momento de indagar en la materia. Como bien lo señaló este autor “el periódico tuvo en Quito una vida accidentada”, sin embargo fueron muchos los editores y escritores que se aventuraron a ser parte de esta actividad cultural, no exenta de riesgos y dificultades de variada naturaleza. Uno de ellos fue el primer periódico quiteño denominado Primicias de la Cultura de Quito, creado y dirigido por el ilustre Eugenio Espejo. Este diario que apareció por vez primera el 5 de enero de 1792, es sin duda alguna el antecedente más importante de la actividad periodística en la capital, al que le siguieron otros (en algunos casos de efímera duración) como El Quiteño Libre, El Diario de Avisos, El Grito del Pueblo, La Ley, El Grito de la Sierra, El Pichincha, El Clarín, La Reivindicación, El Cronista, El Intransigente, El Scyri, El Cinco de Junio, La Verdad, La Tarde, El Ferrocarril, El Atalaya, Fray Gerundio, El Progreso y El Diarito, por citar algunos, todos pertenecientes al siglo XIX.  A inicios del siglo XX circularon otros periódicos como El Orden, El Tarugo, El Chapa, El Quiteño, La Ortiga, El Liberal, La Mostaza Inglesa,, La Linterna, La Bandera Roja, El Imparcial. Sin embargo para enero de 1906, apareció en Quito un periódico denominado El Comercio. Diario de la Mañana, que marcaría un antes y un después en la historia del periodismo quiteño. Como bien expresó Isaac J. Barrera: “el 17 de enero de 1906, entró el General Alfaro en la capital de la República. Pero el primero de este mes había ocurrido un gran suceso intelectual, rodeado de modestia y parsimonia, pero que debía ser trascendental en los anales de la ciudad y la república. El 1 de enero de 1906, apareció el primer número de un periódico que no se presentaba como un luchador político, sino como un agente de cultura que quería trabajar por el bien de la patria. Era el periódico El Comercio”. 
Mas de un quiteño se llevó ese 1 de enero de 1906, la sorpresa de contar con un nuevo periódico, que a pesar de nacer en una época marcada por profundos conflictos de orden político e ideológico, ingresaba a la palestra pública sin ánimo de inmiscuirse en la contienda política.  Así lo dio a conocer la editorial del ejemplar N° 1 de El Comercio, con estas palabras:
Nuestra humilde hoja surge a la vida, no para llenar un vacío político, desde que los partidos en que se halla dividida la Nación tienen sus voceros respetables, órganos de sus intereses y aspiraciones. Como su nombre lo indica, funda sus esperanzas de estabilidad en el apoyo del Comercio, a cuyo incremento y marcha progresiva dedicarán sus redactores preferente atención. Pero esto no será óbice para tratar también sobre instrucción pública, sobre ciencias naturales y físicas que contribuyen al desenvolvimiento de las ciencias y las artes, todo esto amenizado con las mejores producciones de nuestros literatos y poetas. Siendo pues tan sanos nuestros propósitos, no hay para que invocar la libertad de prensa, hoy que impera el régimen liberal que lleva en su lema tan preciosa garantía. Y como quiera que, ante todo, somos ciudadanos de una república democrática, no faltarán en nuestras columnas la censura y la alabanza justas para los errores y aciertos administrativos.
A través de las páginas de El Comercio, se pueden conocer los distintos momentos históricos de nuestra ciudad, que con sus luces y sus sombras, nos cuentan lo que fuimos y lo que hoy somos. Y si bien como toda obra humana, este periódico a lo largo de su existencia ha tenido sus aciertos y también sus limitaciones, perfectibles por supuesto, es necesario revalorizar su legado en el desarrollo del periodismo, ya que forma parte de la vida de Quito hace ya 108 años.
*susanafg22@yahoo.com

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