jueves, 12 de diciembre de 2013

Un nuevo tesoro patrimonial se abre para que podamos descubrir sus secretos, por más de 300 años el monasterio de las carmelitas estuvo cerrado, nuestra amiga Susana nos lleva a recorrer las páginas de la historia de este tesoro.


Fachada del Monasterio del Carmen Alto


Breve historia del Convento del Carmen Alto
Susana Freire García*

En días pasados se inauguró un Museo, en las instalaciones del Monasterio del Carmen Alto, motivo por el que es necesario compartir con nuestros lectores algunos breves detalles sobre esta comunidad religiosa y su llegada a Quito.

El Primer Monasterio del Carmen en la Audiencia de Quito

El proceso de fundación del primer Monasterio del Carmen en la Audiencia de Quito, se dio en el siglo XVII, gracias a las gestiones y aportes económicos del Obispo Agustín de Ugarte y Saravia, dada su afinidad y cercanía con la persona y obra de Santa Teresa de Jesús. Mediante Cédula Real emitida por el Rey Felipe IV de España de abril 2 de 1651, se autorizó la creación “del convento de monjas descalzas de la Orden de Santa Madre Theresa de Jesús”. Lastimosamente el Obispo Saravia no pudo ver concretada su obra, mas antes de morir dejó firmado el auto de fundación el 27 de enero de 1652, dejando encargado el proyecto a su prima hermana Doña María de Saravia, tal como lo señala el historiador Federico González Suárez. 
Los trabajos de edificación del Monasterio del Carmen estuvieron bajo el cuidado del albacea Gómez Cornejo y el Presidente de la Audiencia Don Martín de Arriola. El lugar escogido estaba detrás del Convento de La Merced. Mientras tanto las religiosas fundadoras de la orden, viajaron desde Lima a Quito en medio de difíciles circunstancias. Tras cuatro meses llegaron a esta ciudad transportadas en sillones cargadas por indígenas, y trayendo consigo valiosos objetos como ornamentos para la capillas, y tres campanas. Las religiosas se instalaron en el edificio ubicado detrás del Convento de La Merced, el mismo que resultó demasiado húmedo y perjudicial para su salud. Debido a estos inconvenientes, se trasladaron a la casa que había pertenecido a la familia de Mariana de Jesús Paredes, y que al momento era de propiedad del Capitán Don Juan Guerrero, cónyuge de Juana de Casso, sobrina de Mariana. Cumpliendo con la voluntad de su tía, quien en vida había profetizado que en su casa vivirían las religiosas del Carmen, Juana de Casso y Don Juan Guerrero cedieron la propiedad a las mismas. Esta casa ubicada frente al Hospital Real o de la Misericordia (actual Museo de la Ciudad) fue readecuada por el arquitecto Ruales de acuerdo a las necesidades de la comunidad, obra que costó seis mil pesos que fueron donados por su benefactora principal Doña María Saravia. En 1656 se iniciaron nuevos trabajos al interior del  Monasterio dada su estrechez. El padre Silvestre Fausto y el Hermano Marcos Guerra, reconocidos arquitectos de la Compañía de Jesús, fueron los encargados de diseñar los planos y ejecutar la obra. El Hermano Guerra trazó una iglesia con la entrada por la calle Rocafuerte, en dirección a la plazuela de Santa Clara, a más de la implementación de una huerta y habitaciones nuevas para las religiosas.
La primera novicia quiteña que formó parte de la comunidad carmelita fue María Teresa de San José, quien en mayo de 1653 profesó los votos de obediencia, castidad y pobreza a Dios y a la Virgen del Carmen. A más de religiosas, la comunidad también acogía a mujeres desamparadas, que a cambio ayudaban en las tareas domésticas. También existió la figura de “mujeres donadas” que siendo españolas o mulatas vivían con las religiosas, sin tomar en cuenta su procedencia. Igualmente habitaron en el Monasterio niñas huérfanas abandonadas en la puerta del Monasterio. Incluso llegaron a vivir en él, las esclavas negras que Doña María Saravia consignó en su testamento, como herencia para el servicio de las religiosas.
El Carmelo Quiteño se acogió a la advocación tutelar de San José. Años después el Monasterio recibió el nombre de Carmen Alto, tal como se lo conoce hasta la actualidad, para diferenciarlo del Carmen Bajo o Moderno. 
*susanafg22@yahoo.com

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