jueves, 18 de octubre de 2012

Presentamos una serie titulada "Estamos bajo techo", un conjunto de escritos de nuestra gran amiga Susana Freire García, ella  nos comparte esta serie para que la gente de Quito pueda conocer más sobre la milenaria ciudad.




“Estamos bajo techo”
Parte I

Para los peatones que a diario transitan por el centro de la ciudad, puede pasarles inadvertida la presencia de una casa ubicada en la esquina de las calles Benalcázar y Chile (en la que actualmente funciona la Joyería Vanitex). Sin embargo, la misma es dueña de una historia que forma parte del acervo cultural de Quito, y que hoy merece ser conocida por su legado y trascendencia, ya que por ella han pasado desde políticos y militares, hasta poetas, músicos y creadores, sin dejar de lado la figura de una de las mujeres más brillantes y polifacéticas que ha tenido Quito.
En el año de 1816, los hermanos José e Ignacio de Veintemilla compraron esta casa para convertirla en su residencia familiar. Hacia 1870 la vivienda fue completamente remodelada por el arquitecto danés Thomas Reed,  a fin de que estuviese a tono con las necesidades sociales de sus dueños. Seis años después, el General Ignacio de Veintemilla se convirtió en Jefe Supremo, y por ende en el hombre más poderoso del país. Su ascenso al poder estuvo rodeado de cuestionamientos de toda índole, y la estabilidad de su gobierno pendía de un hilo. En medio de este difícil panorama, una presencia cautivadora llegaría a esta casa, para hacer de ella algo más que una suntuosa vivienda. Su sobrina Marietta de Veintemilla (1858- 1907)  que había quedado bajo su tutela debido a la muerte de sus padres, egresó del Colegio Sagrados Corazones en donde estuvo interna, y a los 17 años se instaló en la casa familiar. Ya en las aulas del colegio sus talentos artísticos eran conocidos, y la joven estaba decidida a seguir cultivando los mismos. A diario recibía lecciones de canto y piano de parte del reconocido maestro Aparicio Córdova, quien apreciaba las grandes condiciones de su alumna. Motivada por su deseo de oxigenar el ambiente cultural quiteño, organizó entre 1879 y 1881 elegantes bailes y recepciones, a más de reuniones literarias en donde tenían cabida connotados escritores ecuatorianos.
Sin embargo las ambiciones políticas de su tío, dejaron en segundo plano la rica vida cultural que Marietta desarrolló en la residencia familiar. El 26 de marzo de 1882, el General Ignacio de Veintemilla se proclamó dictador, provocando una serie de cruentos enfrentamientos que acabaron con la rendición de las tropas gobiernistas el 11 de enero de 1883. Tras permanecer ocho meses en prisión, Marietta de Veintemilla recobró su libertad. Rodeada de varios quiteños que se habían agrupado en las afueras de la casa del Conde Boutaud donde se encontraba alojada, la joven mujer alzo un pañuelo blanco en señal de despedida. Antes de subir al carruaje que le llevaría hacia su destino final, observó por última vez a la ciudad que tanto amaba. Con valentía secó sus lágrimas, y emprendió el viaje para exiliarse en Lima.
(Continuará)

1 comentario:

amanda dijo...

MUY INTERESANTE ESTA,LEYENDA ESPERAREMOS EL FINAL AGRADESCO,SU COMPARTIR SE NOTA EL ORGULLO QUE SIENTE POR SU <QUITO< FELOCITACIONES, CON CARIÑO
AMANDA