jueves, 25 de octubre de 2012


Hoy jueves, te traemos la segunda parte de "Estamos Bajo Techo".



Retrato de Marieta de Veintemilla


“Estamos bajo techo”
Parte II
                                                                                              Susana Freire García

Tras permanecer exiliada en Lima durante varios años, Marietta de Veintemilla regresó a Quito el 17 de noviembre de 1898.  Su llegada causó revuelo en la ciudad, y varios de sus amigos y seguidores se agolparon alrededor del coche en el que se transportaba para darle la bienvenida. Gracias al temple que la caracterizó, pudo recobrar algunas de sus pertenencias, entre ellas la casa familiar. Sin demora adecuó sus espacios, en especial la biblioteca nutrida con libros que trajo desde el Perú, y el salón de baile donde su piano ocupaba un lugar privilegiado. Estaba decidida a poner en práctica todos los conocimientos adquiridos en Lima,  cuya vida cultural era más activa que la de Quito.
Animada por su deseo de intercambiar  ideas en un ambiente democrático, Marietta empezó a organizar tertulias en su casa. Mientras tocaba música de su compositor favorito, el compositor polaco Frédéric Chopin, sus invitados se deleitaban con su talento interpretativo. Entre los contertulios más asiduos se encontraban intelectuales y poetas como Celiano Monge, Quintiliano Sánchez, Alfredo Baquerizo Moreno, Numa Pompilio Llona, Manuel María Sánchez, Eudófilo Álvarez, Belisario Quevedo,  Luis Eduardo Bueno, entre otros. En cada reunión se abordaron temas filosóficos, anticlericales, modernistas, estéticos, científicos y sociales. Marietta ponía especial énfasis en la libertad de pensamiento como base del Estado laico. También abogaba por la igualdad de la mujer en la sociedad ecuatoriana, y la libertad de cátedra. Para varios de los contertulios fue un reto hablar con una mujer sobre el pensamiento de Goethe, Nietzsche, Francis Bacon o Chopin. Tal era la emoción por debatir, que las tertulias se extendían hasta la madrugada. Fue esa libertad de acción y pensamiento que Marietta brindó en su casa, la que sirvió de inspiración para que los contertulios acuñaran la frase “Estamos bajo techo”, vinculada al hecho de que por  primera vez contaban con un espacio, en el cual podían expresar sus ideas sin temores ni censuras.
La fama de sus tertulias y la calidad intelectual de sus propuestas, iban en auge. El apogeo de su carrera intelectual y literaria se produjo el 10 febrero de 1907, cuando fue invitada por los miembros de la Sociedad Jurídico Literaria (de la que era socia honoraria) a brindar una conferencia en la Universidad Central. El tema de su intervención giró alrededor de la sicología moderna. Los asistentes se quedaron impresionados ante la solvencia que desplegó Marietta al hablar de los filósofos Kant, Hegel y Schopenhauer. Claro que también hubo quienes se ofendieron por sus expresiones, ya que esta librepensadora puso a la razón y la ciencia, por encima de la religión y los dogmas. Lamentablemente su repentina muerte acaecida el 11 de marzo de 1907, dejó a Quito y a los quiteños, sin una de sus mujeres más brillantes. Sin embargo su legado, lejos de sucumbir, sería retomado muchos años después, por un grupo de jóvenes poetas, que al igual que ella harían de esa casa, un espacio para la tertulia y la controversia.
(Continuará)

jueves, 18 de octubre de 2012

Presentamos una serie titulada "Estamos bajo techo", un conjunto de escritos de nuestra gran amiga Susana Freire García, ella  nos comparte esta serie para que la gente de Quito pueda conocer más sobre la milenaria ciudad.




“Estamos bajo techo”
Parte I

Para los peatones que a diario transitan por el centro de la ciudad, puede pasarles inadvertida la presencia de una casa ubicada en la esquina de las calles Benalcázar y Chile (en la que actualmente funciona la Joyería Vanitex). Sin embargo, la misma es dueña de una historia que forma parte del acervo cultural de Quito, y que hoy merece ser conocida por su legado y trascendencia, ya que por ella han pasado desde políticos y militares, hasta poetas, músicos y creadores, sin dejar de lado la figura de una de las mujeres más brillantes y polifacéticas que ha tenido Quito.